Imagen: proporcionada por usuario de flickr Steve Rhode bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0
“El poder de la Red radica en su carácter universal. El acceso por parte de todos, con independencia de cualquier discapacidad, es un aspecto esencial”. -- Tim Berners-Lee, director del World Wide Web Consortium y creador de la World Wide Web
En el año 2016, la cantidad de usuarios de Internet en todo el mundo se aproxima a los 3.500 miles de millones; no obstante esta cifra, la mayoría de las (aproximadamente) 7.000 miles de millones de personas que habitan nuestro planeta no cuentan todavía con acceso a Internet.
Las personas que no están conectadas viven tanto en países desarrollados como en desarrollo, así como en zonas rurales y urbanas. Como ya sabe, Internet permite que personas de todo el mundo puedan conectarse de un modo nunca antes experimentado, y nuestra participación colectiva ha transformado a Internet de una mera herramienta de comunicación en un espacio que fomenta la innovación, el acceso a información y educación, el derecho de reunión, el derecho de libertad de expresión y oportunidades económicas. Sin embargo, incluso con la abundancia de información y oportunidades en línea, Internet es igualmente una representación incompleta del género humano. Quienes no están conectados no pueden contribuir a su desarrollo, sus perspectivas no se ven representadas y muchas de sus necesidades no reciben respuesta.
No resulta sorprendente que muchas personas que no tienen acceso a Internet pertenezcan a las mismas poblaciones que tienen acceso mínimo a recursos y oportunidades tradicionales, como sectores pobres y rurales, y poblaciones indígenas, además de mujeres y personas con discapacidad. Los obstáculos más comunes que impiden que las personas accedan a Internet son la falta de infraestructura de telecomunicaciones, pobreza, costos elevados (tanto de equipos como del servicio de Internet en sí) y falta de educación. A veces estas cuestiones se ven agravadas por la falta de políticas públicas efectivas que aborden la situación de las personas que no están conectadas o por la baja calidad de Internet al cual acceden quienes sí están conectados.
Antes de continuar, vea el video preparado por FreeNet sobre el acceso a Internet como un derecho:
Internet es una plataforma que posibilita una infinidad de actividades económicas. Es a la vez el mercado y la puerta de acceso al mercado donde personas de todo el mundo se reúnen para intercambiar bienes. En línea podrá encontrar información sobre mercados emergentes, realizar un seguimiento del precio de mercado de un determinado producto o cultivo, utilizar el sitio web de su empresa para llegar a clientes en todo el mundo, encontrar información sobre empleo, subsidios o préstamos, e incluso postularse para obtenerlos. Las personas con acceso a Internet pueden aprovechar estas oportunidades económicas, que a su vez incrementan las oportunidades económicas que tienen fuera de Internet. En este sentido, en el año 2012, la Organización de las Naciones Unidas informó que el acceso a Internet se vincula directamente con el estímulo al crecimiento económico sostenible, y que el comercio electrónico es uno de los sectores del PBI de países desarrollados y en desarrollo con crecimiento más acelerado. Incluso, algunos países prevén que para 2016 el comercio electrónico representará hasta 10 por ciento de su PBI. El vínculo entre acceso a Internet y mayor prosperidad económica ha sido respaldado por el Banco Mundial y estudios independientes.
No obstante, comunidades pobres, indígenas y rurales a menudo enfrentan obstáculos al acceso a oportunidades económicas incluso fuera de Internet, lo cual a su vez limita su acceso a Internet. En el caso de comunidades que ya están fuera de mercados financieros, Internet supone una conexión a oportunidades económicas. Por ejemplo, una comunidad indígena de la Amazonía peruana podría tener interés en vender sus artesanías por otros medios además de la tienda turística que gestiona. Sus miembros podrían usar Internet para identificar sitios web de comercio electrónico, como Mercado Libre, Amazon, Etsy, eBay, u otros, y establecer su propio negocio en línea.
Las personas de sectores pobres y/o rurales, las poblaciones indígenas y las personas con discapacidad por lo general tienen menor acceso a oportunidades educativas, tanto en el ámbito tradicional como en línea. Las universidades, escuelas, bibliotecas y otros sitios que brindan educación formal no siempre están presentes en estas comunidades. Incluso cuando sí lo están, a veces no brindan formación en un idioma o modalidad que resulte más accesible a miembros de estas comunidades, por ejemplo, un idioma indígena o en braille. Internet puede funcionar como puente hacia la educación y la información para las comunidades con escaso acceso a educación formal. Por ejemplo, un estudiante con acceso a Internet en una localidad remota puede tomar cursos en línea homologados para continuar su educación, o puede decidir estudiar temas que le interesa en función de los recursos educativos abiertos disponibles. Otro ejemplo de recursos educativos y de información en línea es TifloLibros, la primera biblioteca digital para las personas con discapacidad visual que hablan español.
Internet es una herramienta invaluable para que las comunidades indígenas documenten, difundan, celebren y preserven sus conocimientos ancestrales. Por ejemplo, Bob Lane, miembro de la tribu siletz, en Oregon, Estados Unidos, creó el diccionario oral en línea “Siletz Dee-ni Talking Dictionary”. Solamente cinco personas hablan siletz dee-ni con fluidez, y el diccionario plasma un esfuerzo por preservar el lenguaje original de la tribu y llevarlo a las generaciones siguientes. Otras comunidades indígenas alrededor del mundo, como los maoríes en Nueva Zelandia, han aprovechado la posibilidad que ofrece Internet de conectarse con otros y recuperar sus idiomas. En Brasil, comunidades indígenas desarrollaran el Indio Educa, como forma de preservación y educación sobre la cultura y identidad indígena en ese país. Asimismo, Internet permite que personas digitalicen y conserven para siempre información que corre peligro de perderse en el futuro inmediato, como creencias e idiomas hablados por pocas personas.
Las personas de sectores pobres y rurales, las poblaciones indígenas y las personas con discapacidad en general no son quienes eligen las historias e imágenes que se transmiten sobre ellas en los medios masivos. Esto redunda en la falta de representación o la representación indebida de estas comunidades vulnerables en línea y en los medios de comunicación. En este sentido, la naturaleza colaborativa del Internet y la accesibilidad de la tecnología del Internet han convertido a este recurso en una plataforma de representación importante. Estas comunidades que no están representadas de manera suficiente o fiel pueden utilizar el Internet para comunicar quiénes son verdaderamente y qué cuestiones son importantes para ellas, empleando sus propias palabras e imágenes. Por ejemplo, 1491s, una compañía de comediantes integrada por cuatro jóvenes pertenecientes a la población indígena nativa estadounidense, apela al humor para criticar la representación tergiversada de esta población en los medios masivos de Estados Unidos. The Daily Yonder, una publicación multimedia en línea dedicada a noticias, comentarios e investigaciones del sector rural, es otro ejemplo interesante. The Daily Yonder difunde informes especiales sobre problemas que enfrentan las comunidades rurales que no reciben la atención de medios de comunicación masivos.
Sin embargo, pese al enorme volumen de información en línea, la mayoría de las personas del mundo no tienen acceso a Internet, y por consiguiente Internet no es todavía un retrato completo de la población mundial. El acceso a Internet por parte de grupos que no están suficientemente representados puede ayudar a acercar su voz y conocimientos valiosos al resto del mundo. A través de su presencia en línea, podríamos tener una imagen más completa de la humanidad.
Como se mencionó en el Módulo 0 y el Módulo 6, actualmente Internet ofrece un nuevo medio para que todas las personas expresen sus opiniones y convicciones, y constituye un conducto para la libertad de expresión, de pensamiento y de reunión. Naturalmente, sin acceso a Internet, las personas no pueden ejercer plenamente estos derechos fundamentales, a diferencia de quiénes sí tienen acceso.
En 2011, el Relator Especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión emitió un informe que abordó directamente la importancia del acceso a Internet, y más concretamente el rol del “(a) acceso al contenido; y (b) acceso a la infraestructura física y técnica” que permiten mayores oportunidades para la libertad de expresión en todo el mundo. Asimismo, el Relator señaló que correspondía a los gobiernos formular políticas para promover el acceso universal a Internet, como mecanismo para fomentar la libertad de expresión. Frente a lo anterior, el Relator Especial manifestó su preocupación ante la falta de acceso a Internet, ya que facilita el desarrollo económico y el ejercicio de una variedad de derechos humanos.